COMENTARIOS


Por Jacob Sluiter (California)
Freedom in consciousness


Por Ana Thomaz, profesora de Técnica Alexander (Brasil)
La Técnica Alexander en el proceso de educación


Por Marina Giancaspro, profesora de Técnica Alexander (Argentina)
La Inquietud como guía en la exploración

Por Violeta Winograd, profesora de Técnica Alexander (Argentina)
Alexander, Krishnamurti y lo desconocido



Ignacio Gracian: 

Lo desconocido puede estar más acá de lo conocido. 

Mariana di Paula: 

Muchas imágenes y sensaciones se suceden después del encuentro en la Reserva, y creo que realizamos el experimento mas exigente y dificil y a su vez de una cualidad alquimica intensa: reunir tanta gente con buenas intenciones, ofreciendonos unos a otros para formar un solo cuerpo.
Reconocí que en la renuncia a la belleza ideal, me encontré con la belleza del proceso: que continua mas allá de esos días en la Reserva.


Valentin Nabel: 

Viajar Liviano
El seminario me sirvió para encontrar y entender la relación de la Técnica Alexander y la Comunicación No Violenta.
Siento que al regresar y pensar en lo sucedido, me cayó una ficha importante que me permite entender ambas técnicas con mayor profundidad. El lugar, y la atmosfera fue excelente para que sucedan esos procesos de aprendizaje.
Lo podría resumir en la frase: “Dejar de hacer”. En las clases de Alexander estaba empezando a entender a nivel corporal deque se trataba eso.
En las clases de CNV se me clarificó mucho la importancia de despejar la cabeza de pensamientos para poder conectar directamente con algo que siempre está, que son los sentimientos.
Siempre están pero muchas veces son inalcanzables porque se encuentran tapadas de tantos pensamientos y tantas palabras.
Clarifica mucho el poder acceder y enfrentarse a ellos.
Y también es muy lindo cuando uno puede ayudar a otro a llegar a ese lugar.
 Otra frase que me ayuda para resumir es: “Viajar liviano”.
Viajar liviano Para:
No arrastrar cosas del pasado innecesarias.
Sacarnos hábitos que no nos gustan y nos hacen mal.
No tener prejuicios.
Moverse cómodamente.
Estar abierto
Clarificar

Ojalá se vuelvan a repetir experiencias como estas.
Muchas gracias por esta oportunidad!!!

Violeta Winograd:

Entiendo el concepto de DIRECCIÓN expuesto por Alexander siempre asociado a la INHIBICIÓN, y por esta razón considero que la dirección es siempre preventiva. 
En el encuentro, experimenté el contacto con la NECESIDAD como una DIRECCIÓN profunda y sutil, preventiva de un acortamiento innecesario, que permite de la misma manera, la posibilidad de soltar.

Juan Manuel Ruiz:

Al intentar describir los procesos de la Técnica Alexander y la CNV, encuentro enseguida varios elementos en común: la observación, la intención de cambio y de crecimiento, la pausa, la noción de que todos estamos sujetos a patrones e influencias que condicionan nuestra conducta hasta resultar naturales... A través de estos procesos llegué a experimentar (no sólo "entender" desde el intelecto, sino "experimentar" de una manera que tal vez el lenguaje no refleja) hasta qué punto nuestras percepciones son limitadas y muchas veces erróneas, y cómo nos acostumbramos a definir todo lo que hacemos y nos sucede por la forma en que ocurre habitualmente.

Es, desde varios puntos de vista, una lección de humildad: se trata de descubrir hasta qué punto nuestros sentidos se equivocan; cómo nuestro lenguaje nos hace construir identidades basadas en simplificaciones; y cómo, en una inmensa variedad de situaciones -desde el diálogo con otra persona hasta el acto de mover un dedo-, es nuestro propio comportamiento el que nos produce interferencias.

Y es también un camino por el que se puede recuperar un sentido de responsabilidad que parece olvidado -quizás uno de los mayores hábitos impresos en nuestro funcionamiento como sociedad- y entender, a través de la observación y la experiencia, cómo mi dolor o mi tensión son productos de mi uso de mí mismo; cómo mi ansiedad, mi angustia, mi enojo o mi alegría son causadas por mis propias necesidades e ideas; cómo, si yo no me detengo y descanso, nadie va a descansar por mí; y, fundamentalmente, cómo es mucho más lo que tengo para no hacer que para hacer.

Quizás es por esto último que muy a menudo, me encuentro con más preguntas que respuestas en el proceso: ¿qué estoy haciendo? ¿Qué dirección estoy queriendo seguir? ¿Estoy soltando, liberándome, o logrando exactamente lo contrario? ¿Estoy ocupando el lugar en el que creo estar? ¿Estoy dejando que lo que quiero suceda, o haciendo lo que supongo que tengo que hacer para que suceda? Esta necesidad, ¿es mi necesidad, o mi idea de lo que está bien? ¿Por qué está bien? ¿De dónde, de qué idea, surgen todos esos adjetivos que les pongo a las cosas y a las personas?

Creo que el contacto con lo desconocido, el aprendizaje, puede suceder en la medida en que uno mantiene las preguntas, en lugar de buscar seguridad en alguna respuesta. Y esto no puede ocurrir si no se ponen en duda las ideas existentes. Siempre decimos que algo "es" según lo percibimos, según el modo de actuar que conocemos: esto funciona así, Fulano "es" egoísta, yo "soy" así porque reacciono así. En este contexto la idea de "dejar de hacer" es también una invitación a "dejar de ser" para que pueda surgir algo nuevo que todavía no nombramos.

En mi opinión, el verdadero valor de todo este trabajo está en esa intención "contracultural" en el verdadero sentido de la palabra: se trata de deshacer las asociaciones que hacen a nuestra identidad, las nociones de las que estamos tan seguros. Solemos decir que alguien es "educado" cuando se comporta de una forma que es conocida, esperable, establecida. La idea de reeducarnos apunta entonces a volver a aprender, a desautomatizar las distintas facetas de nuestro funcionamiento. Al revés de la educación que ya conocimos, probablemente no se pueda decir que este camino tenga un punto de llegada. Lo que sí me alegra es pensar que tengo la posibilidad de recorrerlo, perderme y buscarlo durante toda la vida.