Ana Thomaz

La Técnica Alexander en el proceso de educación

F.M Alexander creó su técnica a partir de la percepción de su mal funcionamiento físico en la relación cabeza/cuello. Después entendió que ese era un mal del hombre occidental de su época. Él también entendió que ese hombre occidental estaba preso de un sistema basado en la persecución de fines (end ganning), sufriendo todas las consecuencias del mismo, por las cuales fue reducido a un ser consciente, controlador y determinado por sus hábitos. Alexander desarrolló un proceso para que el hombre vuelva a crear las condiciones de reconectarse y de este modo volver a coordinar la relación cabeza/cuello, inhibiendo los impulsos de persecución de fines y dejando de apostar en el ser controlador.
Su proceso puede ser observado desde la siguiente perspectiva:
Alexander se descubrió consiente y prisionero de sus hábitos; entendió que no podía controlarlos y que debía solamente prevenir tales hábitos para que no determinasen sus acciones y por efecto sufrir sus consecuencias; confió en el pensamiento y en la alteridad del cuerpo, que, cuando no son controlados o reducidos a hábitos, viven una acción intensa y verdadera relacionandose. (Parar de hacer lo incorrecto para que lo correcto pueda suceder).
La evolución de ese proceso se da, cuando Alexander comienza a compartir sus experiencias con otras personas y da inicio a lo que mas tarde sería su método. Alexander crea una manera distinta en la relación aprender/enseñar.
Con la Técnica Alexander no se aprende a tener conciencia del cuerpo, y tampoco el control sobre los hábitos; no hay nada que aprender y si mucho para desaprender. Sorprendentemente cuando practicamos la Técnica Alexander, aprendemos con nuestro propio cuerpo/mente, que está mas allá de la consciencia y del conocimiento que tenemos sobre él. En su proceso de enseñanza el profesor no ejerce control sobre el alumno, ni siquiera el propio alumno sobre si mismo.
La experiencia con la T. A. me lleva a pensar que esa sería una estructura transformadora para el proceso educacional del niño, utilizando los principios de la T. A. podríamos crear un nuevo sistema de aprendizaje.
Los profesores de las escuelas formales de educación, son personas que, como Alexander observó, perdieron la coordinación del control primario y siguen los principios de persecución de fines, siendo inevitable la transferencia hacia sus alumnos de su mal uso cuerpo/mente, independientemente de la pedagogía utilizada.
La T. A. es un proceso efectivo donde los profesores de escuelas formales de educación pueden encontrar las herramientas para conquistar la verdadera relación aprender/enseñar.
En relación a los niños, vale aclarar que no nacen marcados por los hábitos, sin embargo precisan prevención para no volverse víctimas de los hábitos. Este es el camino de mi investigación, de mi experiencia junto a los niños, apostando a un proceso fuera de lo conocido.