Marina Giancaspro

La Inquietud como guía en la exploración

Al comenzar yo estas notas o reflexiones acerca de la Técnica Alexander, no estaba demasiado claro el tema específico sobre el cual quería indagar.
Más bien aparecían varios temas en conexión con mi propio interés en el proceso de la técnica. Sabía que lo referido a la educación era particularmente un aspecto importante, sino central. Sin embargo, entiendo el significado de Educación como una condición que está presente en el ser humano y en general, en el comportamiento de la Naturaleza.
Educación en el sentido que incluye como un continuo enseñanza y aprendizaje natural, cuya plasticidad (dinamismo- quiero decir movimiento) se evidencia a través de un proceso que se crea y se construye con cada individuo y con el medio en el cual se educa (es decir, vive).
Un mundo que se va creando con el individuo, porque al inhibir el hábito, su percepción ya no es la misma, su experiencia del mundo es nueva, su consideración a través de los medios utilizados para la acción y respuestas posibles dan paso a nuevas formas de existencia.
Entonces, ¿Qué es la Educación? ¿Qué función cumplen las Instituciones en la dirección y desarrollo de una determinada cultura? ¿Qué parámetros objetivos, abarcativos, determinarían el alcance de una experiencia individual? ¿Qué valores mediríamos para esto?
No creo llegar a una única definición probable para responder a estas preguntas. Más bien me propongo dilucidar ciertas razones que me movieron a citar, re-descubrir y valorar, el contenido tan apreciado para mi de diferentes textos relacionados con la TA.

Curiosidad Recobrada-Recapturada
(Curiosity Recaptured)

“Aprendí que no todo lo que entendemos claramente puede expresarse claramente, al menos no en palabras” Esto lo dice Robertson Davis casi al pasar en una de las líneas de su prólogo.
Y como las palabras son parte del medio de nuestra expresión, entiendo que hacemos buenos intentos por comunicarnos y explicar nuestros mundos a través de ellas, pero no sabemos en realidad si lo estamos haciendo. Nos comunicamos a través de una cantidad de manifestaciones únicas, personales, que son a la vez reinterpretadas por otros de manera individual.
En la experiencia sensible presenciamos una infinidad de sensaciones, sentimientos, pensamientos y reflexiones que resultan de nuestra capacidad individual como personas para acceder a esa información a través de nuestra historia. A lo largo de mi historia personal, creo comprender cierta afición por observar los modos de educación que preservan la salud, el bienestar y el uso de la libertad en la toma de decisiones. Más bien reconozco en mí la capacidad de observar y abstraerme hacia una introversión que puede llegar al aislamiento cuando entiendo que estas condiciones no se cumplen.
Para mi el aspecto educativo de la Técnica Alexander ha sido y es una experiencia valiosísima respecto del modo integrado de aprendizaje en acción. Los medios involucrados en el aprendizaje, presentes en nosotros, aparecen en combinaciones innumerables de sincronías, las cuales, bajo la guía del maestro que está en conexión viva con ellas, pueden ser advertidas, señalarse, cursarse dentro de nosotros para mejorar nuestras condiciones de uso. Nuestro accionar, nuestro proceder.
Es a partir de esa conciencia de la experiencia que puedo tener la posibilidad inmediata de cambiar las condiciones que me eran habituales por nuevas formas de uso, adecuadas al momento presente. De darme cuenta y enterarme de ese uso y cambiarlo. El uso integrado de mi mismo es un concepto que no me resulta ínfimo ni es mi intención que quede enmascarado o empequeñecido dentro de toda esta observación.
La experiencia de “enterarme” concientemente de este uso integrado de todas mis funciones es lo que me permite no disociar, no separar o relegar la conciencia a una función meramente mental, psicológica, intelectual o reflexiva, alojada en el órgano del cerebro, o más precisamente en la corteza cerebral. Allí donde los surcos complejos y hendiduras curvadas dibujan caminos sin salida aparente. Donde suceden acciones combinadas que provienen de todas mis demás funciones y además resuenan de vuelta en ellas.
Según Lully Westfeldt, Alexander no quería explicar su técnica. En parte por temor a que fuese mal interpretada y en parte por ese profundo enraizamiento renuente que muchos innovadores sienten acerca de impartir un secreto a otros. Este comentario llamó mucho mi atención. ¿Qué es lo que Lully W. habría querido decir con esto?

Walter Carrington, en The Alexander Review, vol 1 n° 1 escribe.

“Alexander siempre se había mostrado sensible frente a cualquier indicador que pudiese ser interpretado como un plagio de su trabajo. Son testimonio de ello, las numerosas y tristes experiencias que atravesó cuando algunos de sus primeros alumnos y amigos, en su afán y entusiasmo por difundir su trabajo, obviaron representarlo y se apropiaron de sus enseñanzas como si fuesen hallazgos propios. No era tanto que él estuviera celoso de su reputación (de hecho, más de una vez afirmó que anhelaba el día en que sus ideas se entendieran universalmente) pero sostenía muy fuertemente la visión de que el conocimiento debía ser alcanzado por la experiencia práctica: por el empleo de una técnica apropiada y la correcta aplicación de un método científico. El concepto de que la práctica puede derivarse desde la teoría y de que el conocimiento teórico, por muy razonable y preciso que sea puede generar técnicas confiables y procedimientos prácticos, fue contrario a todas sus convicciones. El veía a quienes proponían esta mirada, con hostilidad y sospecha.”

Esto, creo, explica parte de mi pregunta. Aún el aspecto “secreto” quedó habitando mi interés. ¿Sería la renuencia a expresar en palabras incompletas la magnitud de un tesoro que sólo puede ser experimentado? No escuchado, ni leído, ni siquiera mirado o sentido de manera parcial. Su secreto se devela en la experiencia continua de darse cuenta, inhibir, dirigir. Darse cuenta, inhibir, dirigir…Como un ritmo al tiempo de uno mismo, una respiración, un latido de lo vivo.
Y al instante siguiente: no saber.
Otro alcance delicioso que está ahí, antes de darse cuenta, entre darse cuenta e inhibir, entre inhibir y dirigir. Como un silencio (¿vacío?) de base en el cual ese ritmo es posible:

No saber………………No saber………… No saber…………No saber………………...No s...
…………Darse cuenta…………..Inhibir……………..Dirigir…………...Darse cuneta…….
No saber……………….no saber………….no saber……….....no saber…………….
………….respirar……………….no hacer…………dejar ir……………..soltar……
Dibujo oleadas imaginarias donde el no saber sube como un impulso vertiginoso vecino al miedo y es rescatado y aplacado entonces por alguna nueva acción como las que nombré antes. Respirar es nuevo, conocido pero nuevo, soltar es nuevo, deshacer es nuevo. Cualquier acción luego de no saber, luego de inhibir y dirigir es nueva. Novedoso.

Entiendo que todo en nosotros es acción, dejar de hacer, inhibir la acción, darse cuenta, enterarse, dirigir, dar consentimiento, ir, etc. Acciones que involucran una voluntad de Sí que no se separa de quién soy, ni de cuál forma tengo o de las condiciones que operan junto conmigo en el entorno. Cuántas palabras habrá intentado Alexander antes de nombrar al Sí mismo como unidad psicofísica. Y no separó estas palabras, no dijo mente-cuerpo. Pudo haber dicho Body Mind Unity. Pero se valió de Psicofísico. Así todo unido en una sola palabra.Y así lo usó.

Y así señaló el texto de Sir. Charles Sherrington acerca del estar de pie, como uno de los problemas expresados por un fisiólogo acerca de la falta enorme que significa el conocimiento de una parte de sí mismo y de la acción. O el desconocimiento de la unidad y de los medios por los cuales nos movemos. Es decir, vivimos.

“Tómese la acción de estar de pie…..Me parece un acto bastante sencillo….Tengo presente sin embargo que para ejecutarlo se requiere el grado adecuado de gran cantidad de músculos y nervios, varios cientos de miles de fibras nerviosas y tal vez, cien veces más fibras musculares….Al pensar en ello estoy más bien decepcionado por lo poco que mi mente me puede decir de mi estar de pie…. Me dice muy poco de cómo es que estoy de pie y me ayuda muy poco a analizarlo…..La principal cosa que me dice es que “soy yo” quien está de pie.” La Constante Universal de la vida, ed. La liebre de Marzo, pág. 180

Un matemático llamado Jacques Hadamard escribió un estudio llamado “Psicología de la Invención en el campo matemático”. Resumía los resultados de un registro que llevó entre científicos y matemáticos de renombre, en el cual observaba el modo en que obtenían sus ideas. La mayoría de ellos “pensaban” en imagen, con ayuda de patrones geométricos imaginarios o bien simbólicos, ya sea algebraicos o provenientes de la lógica: Ellos o bien “veían” el problema o lo calculaban “simbólicamente”.
Todo esto con una notable excepción. Que fue la descripción realizada por Albert Einstein
“Las palabras o el lenguaje, tal como es hablado o escrito no parece tener ningún papel en mi mecanismo de pensamiento. Las entidades físicas que parecen servir como elementos en el pensar son ciertos signos y algunas imágenes más o menos claras que voluntariamente pueden ser reproducidas y combinadas……Los elementos mencionados en mi caso, son visuales y algunos de tipo musculares”

Algo así como una categoría que implica “pensar con los músculos”.

En Skill & Poise, Raymond Dart expresa la definición de una acción habilidosa: “El relax perfecto de los músculos no deseados es la clave de un uso adecuado”

Para concluir quisiera citar en palabras del propio Alexander su necesidad de acudir a estas palabras:

“ El término psicofísico es utilizado en todos mis trabajos para indicar la imposibilidad de separar las operaciones “físicas” de las “mentales” en la forma de trabajar del organismo humano…..(CCCI) De aquí que utilice actividad psicofísica para indicar todas las manifestaciones humanas y mecanismo psicofísico para denotar el instrumento que hace posible dichas manifestaciones……Me veo forzado a utilizar las palabras “físico” y “mental” porque no hay otras en este momento que expresen adecuadamente los aspectos de la actividad psicofísica presentes en las etapas de la evolución, no porque lo “físico” y lo “mental” puedan separarse. Debería dejar claro que cuando uso la palabra “mental”, esta engloba todos los procesos y manifestaciones que son generalmente reconocidos como no totalmente “físicos” y que cuando uso la palabra “físico”, esta engloba todos los procesos y manifestaciones que son generalmente reconocidos como no totalmente “mentales”. (Man’s Supreme Inheritance)